miércoles, 28 de octubre de 2015

Retahílas

QUE LLUEVA, QUE LLUEVA...


¿Cuantas veces, cuando se ha puesto a llover, hemos cantado esta canción?

Pero no todos la cantamos igual. A veces cambian algunas palabras y otras veces añadimos alguna estrofa, pero siempre nos resulta una canción conocida.

Aquí tenéis un ejemplo de como podemos cantar esta canción que, en realidad, como sabéis, es una retahíla.





Y ahora la misma canción, pero con alguna variación:




Pero las retahílas no las usamos solo para pedir lluvia, como es el caso de estas canciónes. También las utilizamos en juegos, como cuando saltamos  a la comba, botamos la pelota o elegimos a los de nuestro equipo. O cuando perdemos algo... o lo encontramos, para contar e incluso para curar una herida.

Botando la pelota
Popeye marinerito,
no sabe tocar el pito
y yo que lo sé tocar
Popeye me quiere pegar.


Una cosa me encontré
Una cosa me he encontrado
cuatro veces lo diré
si su dueño no aparece
con ella me quedaré.


Don Federico
Don Federico perdió su cartera
para casarse con una costurera.
La costurera perdió su dedal
para casarse con un general.
El general perdió su espada
para casarse con una bella dama.
La bella dama perdió su abanico
para casarse con don Federico.
Don Federico dijo que no
la bella dama se desmayó.
Al día siguiente se despertó
y Don Federico se enamoró.


San Pantaleón
San Pantaleón,
que cuántas son:
veinticinco
y el capón.
Herradura
 para la mula,
coche de oro
para el moro,
coche de plata
para la Infanta.
Cucurucú
que te vuelvas tú.


La Plaza de Pamplona
En Pamplona hay una plaza,
en la plaza, una esquina,
en la esquina, una casa,
en la casa, una sala,
en la casa, una sala,
en la sala, una mesa,
en la mesa, una jaula,
en la jaula, un loro,
en el loro, una pata,
en la pata, ...un hilo.
El hilo en la pata,
la pata en el loro,
el loro en la jaula,
la jaula en la mesa,
la mesa en la sala,
la sala en la casa,
la casa en la esquina,
la esquina en la plaza,
y la plaza en Pamplona.

La llave de Roma

Esta es la llave de Roma y toma.
en Roma hay una calle,
en la calle un zaguán,
en el zaguán una cocina,
en la cocina una sala,
en la sala, una alcoba,
en la alcoba una cama,
junto a la cama una mesa,
en la mesa una silla,
en la silla una jaula,
en la jaula un pajarito que dice:
esta es la llave de Roma y toma ...
Santa Rita,  Rita
Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da no se quita,
con papel y agua bendita
en el cielo ya está escrita.
Si me la das, al cielo;
si me la quitas, al infierno. 

Caracol, col
Caracol, col, col,
saca los cuernos al sol,
que tu padre y tu madre,
también los sacó.

Quien fue a Sevilla
El que fue a Sevilla
perdió su silla.
El que fue a León
perdió su sillón.

Para pedir lluvia
Agua, San Marcos,
rey de los charcos,
para mi triguito
que ya está bonito;
para mi cebada
que ya está granada;
para mi melón
que ya tiene flor.

Por si se pierde un libro

Si este libro se perdiera, 
como puede suceder,
no es de un rico, ni de un pobre,
 ni tampoco de un marqués,
es de una niña aplicada 
que a la escuela va a aprender.

Para curar una herida
Sana, sana
anca de rana;
si no se te cura hoy
se te curará mañana.


Para invitar a un amigo
—Te invito.
        —¿A qué?
—A café.
            —¿A qué hora?
     —A las tres.
                 —Una, dos y tres.

Una cosa me he encontrado
Una cosa me he encontrado
cuatro veces lo diré,
si su dueño no aparece
con ella me quedaré.


Los dedos de la mano
Este compró un huevo,
éste encendió el fuego,
éste trajo la sal,
éste lo guisó
y éste pícaro gordo
se lo comió. 


Para los cumpleaños
Esta mañana temprano
 cantaban las codornices
  y en su cántico decían:
   ¡que los cumplas muy felices!

Chincha, rabiña

Chincha, rabiña,
tengo una piña
con muchos piñones
y tú no los comes.

       —¿Dónde vas chinito 
        con ese farol?
        —Voy debajo el puente, 
        que tengo calor.
      —¿En qué calle vives?
        —En la calle Mayor.
        —¿Qué número calzas?
        —El 4 y el 2, el 42.

Fulano robó pan
        en la casa de san Juan.
        —¿Quién? ¿Yo?
        —Sí, tú.
    —Yo no fui.
        —Entonces, ¿quién?
        —Mengano.
 (y el juego prosigue: Mengano robó pan... Mengano lo niega y acusa a Zutano, etc.)







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